bluetrane

Como dos planetas acercandose, con sus atmóferas en convustión. Anoche fue asi. Oir, oler, conocer, ver, abrazar tu historia. Abrazarla y quemarla. Aunque te parezca mentira, aunque creas que es imposible lo que das y no me espante. Hay una ternura que hace que no baje los ojos, y que me llame a beber de cada herida.

Que habra pensado es mujer despues de su encuentro con el nazareno? No me importa la escena anterior, me importa ella, despues de la turba ensañada, incluso luego de escucharlo y sentir sus manos. Yo me he sentido como ella, arrojado en el piso, atropellado, solo, con el peso de mi biografia. Y otras veces, apoyando mi cabeza en la tierra, vencido. Y cada vez que pienso en mi, en ese instante en que la polvareda se asienta, y los gritos se alejan, me nace una ternura inmensa. Algo que no es fragilidad. Una luz que me ilumina por dentro y te deja ciego. Hay algo que brilla en mi y que ignoro, y sin embargo brilla. Hay algo que brilla en vos y que conosco.

Por eso te canto, te murmuro:

Yo vengo a ofrecer mi corazón (Fito Páez)

¿Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi corazón.
Tanta sangre que se llevó el río,
yo vengo a ofrecer mi corazón.

No será tan facil, ya sé que pasa.
No será tan simple como pensaba.
Como abrir el pecho y sacar el alma,
una cuchillada de amor.

Luna de los pobres, siempre abierta,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Como un documento inalterable,
yo vengo a ofrecer mi corazón.

Y uniré las puntas de un mismo lazo,
y me iré tranquilo, me iré despacio,
y te daré todo y me darás algo,
algo que me alivie un poco nomás.

Cuando no haya nadie cerca o lejos,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Cuando los satélites no alcancen,
yo vengo a ofrecer mi corazón.

Hablo de países y de esperanza,
hablo por la vida, hablo por la nada,
hablo por cambiar esta, nuestra casa,
de cambiarla por cambiar nomás.

¿Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi corazón.